Unibertsitatean ezagutu nuen lagun on batek liburu bat gomendatu dit. Eskerrikasko "Jou". Ederra.
"Hay Alternativas".
Egileak:
- Vincenc Navarro: Politologo eta Ekonomista Bartzelonako Unibertsitatean. Katedratikoa eta urte askotan Estatu Batuetan lan egindakoa ere.
- Juan Torres Lopez: Sevillan lan egiten du. Ekonomian Katedra dauka. Hainbat artikulu idatzi ditu.
- Alberto Garzon Espinosa: Ekonomian lan egiten duen beste aditu bat.
Terrorismo Financiero
Liburuaren gaiari itzuliz, hona hemen zatirik garrantzitsuenak nire lagun honen arabera.
Pixkat luzea da baina denbora apur bat euki eskero, asko merezi du...
San Migel auzoarekin agian ez dauka zerikusi haundirik baina batzutan, oso interesgarria da pixkat gorago begiratzea, gaur eguneko egoera hobeto ulertzeko, eta jakiteko alternatibak badaudela...
On egin.
Desmesurada
influencia política de los grandes grupos empresariales y financiero.
Los grandes representantes de los intereses empresariales más poderosos
han mantenido gran parte de los mecanismos de protección nacidos en el
franquismo, que en realidad fue un régimen orientado a proteger de forma
constante al gran empresariado y a la banca
mediante su permanente presencia en el poder político. Así, todavía a
finales de 2006 sólo una veintena de grandes familias eran propietarias
del 20,14 por ciento del capital de las empresas del Ibex-35 y una
pequeña élite de 1.400 personas, que representan
el 0,0035 por ciento de la población española, controlaba recursos que
equivalen al 80,5 por ciento del PIB.
España
es el único país de la OCDE en donde los salarios reales no han crecido
en los últimos
quince años. Eso les viene muy bien a los bancos, porque su negocio es
precisamente ofrecer créditos, y por eso piden siempre políticas de
contención salarial. Y hay que dejar claro que este endeudamiento no se
debe, como a veces se dice, a que los españoles
hayamos vivido "por encima de nuestras posibilidades" sino a que los
salarios han estado por debajo de nuestras necesidades.
En
2000 la banca española recibía 1,43 euros en depósitos por cada euro
que
concedía a crédito mientras que en 2007 sólo recibía 0,76 euros. Para
financiar todo eso la banca española ha tenido que recurrir cada vez más
a la financiación interbancaria internacional y especialmente europea
por un total que, según las estimaciones del
Fondo Monetario Internacional, ha pasado de 78.000 millones de euros a
428.000 en el último periodo de gran liquidez previo al estallido de la
burbuja. Y eso es lo que hace que ahora esos bancos acreedores de los
españoles, principalmente franceses y sobre
todo alemanes, tengan tanto interés en provocar el "rescate" de España;
es decir, de ellos mismos.
Con
la excusa de salir de la crisis lo que en realidad ha conseguido es
favorecer aún más
a los propietarios del gran capital y a las clases más ricas. Los
beneficios de las 35 mayores empresas españolas que cotizan en Bolsa
fueron de 51.613 millones de euros en 2010, lo que supone una subida del
24,7 por ciento con respecto al año anterior, mientras
que los salarios perdieron 2 puntos porcentuales de poder adquisitivo en
ese mismo año, cuando sólo subieron alrededor del 1 por ciento frente
al 3 por ciento de la tasa de inflación.
Cada
día hay más recursos circulando en torno a operaciones financieras
ficticias
(actualmente 4 billones de dólares diarios sólo en los mercados de
divisas según el Banco Internacional de Pagos) que no aportan riqueza
material alguna, sino sólo cifras más abultadas en las cuentas bancarias
de los grandes financieros. Y, mientras tanto,
la actividad productiva, los empresarios y los emprendedores, los
trabajadores autónomos, los consumidores y los organismos y las
organizaciones internacionales que luchan contra la pobreza y el hambre
tienen restricciones de crédito para poder generar bienes
y servicios que satisfagan las necesidades humanas.
Video relacionado:
El
que fue ministro español de Economía, Carlos Solchaga, lo expresó
claramente en un libro
en el que comentaba su experiencia de gobierno: "La reducción del
desempleo, lejos de ser una estrategia de la que todos saldrían
beneficiados, es una decisión que si se llevara a efecto podría acarrear
perjuicios a muchos grupos de intereses y a algunos grupos
de opinión pública". Eso es así porque cuando hay un alto nivel de
desempleo se puede contratar el trabajo a salarios más bajos ya que hay
más personas que desean trabajar pero que no encuentran empleo y, por
tanto, estarán dispuestas a aceptar sin rechistar
las condiciones de trabajo que les ofrezcan. En nuestro país hemos
podido comprobar en los últimos años que la presencia de gran número de
inmigrantes ha sido utilizada para contratar a más bajo salario y que
incluso ha sido fomentada la presencia de trabajadores
sin papeles precisamente porque su estado de mayor necesidad permite a
empleadores que sólo buscan el máximo beneficio contratarlos en
condiciones más favorables para ellos.
El
problema, pues, no es económico, sino político, y ello aparece con toda
claridad cuando se analiza quién paga impuestos en España, y más
concretamente que la mayoría de su recaudación procede de las rentas del
trabajo. La población que está en nómina paga, en general, unos
impuestos que proporcionalmente son semejantes a los impuestos
de sus homólogos en la Unión Europea de los Quince, y sólo ligeramente
inferiores a los que pagan sus homólogos en Suecia. Pero los españoles
ricos y los grupos de gran poder fáctico (banca y gran patronal) pagan
en impuestos sólo el 20 por ciento de lo que
pagan sus homólogos en Suecia. Una circunstancia que sólo se puede
explicar gracias al enorme poder político y mediático de estos últimos,
que impone las políticas fiscales regresivas que, en gran parte, son las
que explican los bajos ingresos al Estado y la
escasa creación de empleo público.
En
contra de las falsedades que se vienen diciendo para justificar el
recorte del gasto y
del sector público, lo cierto es que España es uno de los países
integrantes de la UE-15 con un sector público de menor tamaño. Nuestro
porcentaje de población empleada en él sobre el total de población
activa era del 12,75 por ciento en 2008 mientras que el
de Dinamarca llega al 31,27 por ciento, el de Finlandia al 24,64 por
ciento o el de Suecia al 26,2 por ciento en 2007. Y, a diferencia de lo
que también se afirma, el crecimiento del empleo ha sido más rápido en
el sector privado que en el público.
El
precio de las viviendas (por metro cuadrado) creció nada menos que un
106
por ciento desde que se estableció el euro, en 1999, hasta el 2007,
mientras que los salarios nominales crecieron sólo un 8 por ciento, lo
que refleja cómo sólo las rentas más adineradas se han permitido el lujo
de adquirir viviendas en condiciones que no requerían
la firma de un contrato abusivo con el banco.
A
veces se piensa erróneamente que la Unión Europea fue construida de una
manera romántica,
con toda la población europea poniéndose de acuerdo para construir un
mejor futuro común. Pero la realidad es otra porque la Unión Europea en
la que ahora nos encontramos surgió de unas élites empresariales y
financieras que simplemente buscaban disponer de
un mercado común para el cual se necesitaba una moneda, el euro, que
pasaría a sustituir a las monedas nacionales de la mayoría de países de
la UE. El Acta Única, el documento en el que se establecían las
condiciones previas y los procesos que iban a llevar
a la creación de la Unión Europea y del euro. El propio dirigente de la
compañía Phillips, Wisse Dekker reconoció años más tarde que fue él
quien se encargó de reunir a cuarenta representantes de "las más grandes
empresas europeas" -
según sus propias palabras -
y
de preparar entre ellos el documento que luego sería asumido
íntegramente por el comisario Cockfield para la elaboración de la
propuesta de 300 directivas en las que se basaría
el Acta Única.
La
banca alemana también influyó de manera decisiva a la hora de imponer
condiciones
y para permitir que el marco, la moneda alemana, fuera sustituido por el
euro. Una de ellas fue que el Banco Central Europeo tuviera como
objetivo primordial controlar la inflación, que es siempre el enemigo
número uno de los bancos, pues el valor del dinero
desciende si la inflación aumenta. Y también impuso que el Banco Central
Europeo no pudiera comprar deuda pública a los Estados y así los
sometía a una austeridad continua en la que cada Estado no podía ni
imprimir moneda ni tener asegurada una venta de su
deuda a su banco central, y sometía su financiación a la disciplina
impuesta por los bancos privados, cuyo negocio, como ya sabemos, es
generar deudas.
El Pacto del Euro. Sus cuatro pilares (competitividad -con bajos salarios-,
empleo -con reformas laborales-,
finanzas públicas -con disminución del gasto público-
y sistema financiero -con
privatización de las cajas-)
son los mismos que han articulado desde hace treinta años las políticas
neoliberales y los que han dado lugar al problema que ahora quieren
resolver con la misma receta que produjo la enfermedad y que está
dañando a las clases populares de todos estos países, tanto centrales
como periféricos, inhibiendo la demanda que se necesita
para estimular toda la economía europea. Video Relacionado:
Nos
parece evidente que debemos estar sufriendo algo más que un simple
problema
económico cuando hace algo más de un año el presidente del Banco Mundial
advertía que cada minuto una mujer da a luz y que la muerte de un
millón de niños se podría evitar simplemente disponiendo de 2.400
millones de dólares en 2009. Una cantidad menor a los
beneficios que un solo banco, el Banco Santander, había obtenido sólo en
el primer trimestre de ese año (2.100 millones de euros). Y que, sin
embargo, no pudo recaudarse. Los mecanismos que fallan en la sociedad no
pueden ser sólo económicos cuando cada día
circulan en los mercados de divisas alrededor de 4 billones de dólares
sin pagar impuesto alguno, y cuando recaudando más o menos un
insignificante 1,7 por ciento de esa cantidad en un solo día se podría
garantizar que nadie muriera en el mundo de hambre, ni
ninguna mujer en el parto por falta de cuidado, ni de sed, o por simples
diarreas ocasionadas por la carencia de agua limpia que afecta a 1.000
millones de personas, o sin el saneamiento básico que no tienen 2.700
millones de personas en el planeta.
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